Misleading headlines and media bias (Credit: GPO)
Por Marelinke van der Riet

La guerra entre Israel y Hamás en Gaza se ha reavivado esta semana, y con ella ha llegado una potente oleada de propaganda propalestina, ya que la maquinaria mediática tendenciosa contra Israel ha vuelto a ponerse en marcha rápidamente tras un alto el fuego de dos meses. Así, una distorsionada narrativa anti-israelí está tomando forma una vez más, atrapando escandalosamente a innumerables consumidores de noticias en todo el mundo.

El acuerdo de tregua y liberación de rehenes duró desde el 19 de enero hasta el 18 de marzo y, afortunadamente, permitió la liberación de 33 rehenes israelíes vivos y de los cuerpos de cuatro israelíes fallecidos, entre ellos Shiri Bibas y sus hijos Ariel y Kfir, asesinados. Pero el alto el fuego se derrumbó el martes por la noche después de que Hamás se negara repetidamente a liberar a más rehenes. Esto llevó a Israel a lanzar por sorpresa una oleada de ataques aéreos contra comandantes de Hamás en Gaza para presionar a la facción terrorista a aceptar una prórroga de la tregua.

The map displays red alerts across Israel on Thursday morning, following a ballistic missile launch from Yemen aimed at the country. (Credit: Screenshot/Tzofar)
El mapa muestra alertas rojas en todo Israel el jueves por la mañana, tras el lanzamiento de un misil balístico desde Yemen dirigido al país. (Crédito: Captura de pantalla/Tzofar)

Los titulares de todo el mundo acusaron de inmediato a Israel de violar el alto el fuego y matar a 400 palestinos, y volvieron a dar por buenas las dudosas cifras facilitadas por el Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás.

Al culpar instantáneamente a Israel, los medios de comunicación ignoraron que la propia tregua estipula que la primera fase del acuerdo se prorrogaría automáticamente mientras estuvieran en curso las negociaciones de la segunda fase. Israel también ha mantenido que la segunda fase requiere la desmilitarización de Gaza, mientras que Hamás ha vuelto a exhibir sus armas en público y se niega rotundamente a desarmarse.

Todo esto demuestra que el conflicto no es sólo una batalla entre fuerzas armadas: es una batalla por la verdad. Es una batalla contra la omnipresente parcialidad de los medios de comunicación que tergiversan continuamente las acciones de Israel, pintándolas de forma negativa incluso cuando las sirenas de los cohetes vuelven a sonar por todo el país. Cada día que pasa, los medios de comunicación tergiversan los hechos, utilizan expresiones selectivas y omiten información clave para moldear la percepción pública a favor de los adversarios de Israel.

Ya lo dice el viejo refrán: “Toda historia tiene dos caras”. Pero, ¿con qué frecuencia vemos que la prensa acepta la perspectiva palestina sin cuestionarla? Y cuando inevitablemente se demuestra que Israel tiene razón, el daño ya está hecho.

Así que, aclaremos la historia.

Hipocresía y contradicciones en la narrativa palestina

La hipocresía y la incoherencia de la narrativa palestina son abrumadoras y, sin embargo, siguen cosechando la simpatía y el apoyo de la comunidad internacional. Los palestinos y sus partidarios piden un “boicot a todo lo israelí”, incluso contra empresas no israelíes como Starbucks simplemente porque sus fundadores son judíos. Sin embargo, estos mismos boicoteadores se apresuran a exigir que Israel proporcione ayuda y servicios a Gaza.

Piden una “intifada global”, es decir, un levantamiento violento contra los judíos y sus amigos en todas partes. Sin embargo, estas mismas voces exigen un “alto el fuego ya”. Insisten en el fin de la ocupación israelí mientras rechazan ofertas de paz que podrían haber concedido a los palestinos su propio Estado hace mucho tiempo. Estas flagrantes contradicciones rara vez son abordadas por los activistas propalestinos y sus complacientes aliados en los medios de comunicación.

Mientras tanto, restan importancia o niegan la enormidad del Holocausto, y algunos lo califican de “invento judío sionista”, incluso mientras otros dicen: “¡Hitler tenía razón! Debería haber terminado el trabajo”. Este doble lenguaje es ignorado por los medios de comunicación o, peor aún, excusado y racionalizado como una práctica perdonable en la lucha palestina por la autodeterminación.

Pecados de omisión: La información selectiva

Uno de los trucos más antiguos en este sesgo mediático crónico es el uso de la omisión. La idea es simple: cuando se omiten partes críticas de la historia, se distorsiona la narración. Por ejemplo, en numerosas ocasiones en 2024, los medios de comunicación de todo el mundo informaron de que “Israel disparó cohetes contra el Líbano”, pero muchos omitieron mencionar que esos cohetes eran una represalia por el lanzamiento previo de cohetes de Hezbolá desde el Líbano contra Israel. Al excluir el contexto de los continuos ataques con misiles y aviones no tripulados dirigidos deliberadamente contra civiles israelíes, la historia se convierte en una agresión no provocada y no en defensa propia.

Isaías 5:20 nos advierte: “Ay de los que llaman al mal bien, y al bien mal; que ponen las tinieblas por luz, y la luz por tinieblas“. (RVA) Esta advertencia bíblica describe perfectamente la omisión selectiva de los medios de comunicación, donde a menudo se oculta o tergiversa el verdadero contexto para favorecer a un bando mientras se demoniza al otro.

Redacción inteligente: Manipular la narrativa

Además de la omisión, la redacción es otra poderosa herramienta utilizada por los medios de comunicación para influir en la opinión pública. El 8 de junio de 2024, los titulares de los principales medios celebraron la “liberación” de cuatro rehenes israelíes retenidos por Hamás. Uno de estos rehenes era Noa Argamani. A primera vista, esto puede parecer un acontecimiento positivo. Sin embargo, una mirada más atenta revela la frase manipuladora. Los rehenes no fueron “liberados” por Hamás; fueron rescatados por las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) tras soportar un trauma inimaginable a manos de sus captores. Fue la intervención militar de Israel, no la buena voluntad de Hamás, la que los liberó.

Lo mismo puede decirse de los hermanos Bibas. No “murieron” simplemente en Gaza. La autopsia reveló que habían sido brutalmente asesinados con sus propias manos.

Estos son sólo dos ejemplos de cómo la sutil o inteligente elección de palabras en la cobertura mediática puede confundir al público. Estas distorsiones de la verdad son el núcleo de la narrativa palestina y los medios de comunicación las amplifican. Pero ten por seguro que los responsables acabarán enfrentándose a las consecuencias. Proverbios 19:5 es claro: “El testigo falso no quedará impune, y el que habla mentiras no escapará”. (RVA)

Doble rasero: El injustificado escrutinio de Israel

Quizá el ejemplo más flagrante de la parcialidad de los medios de comunicación sea el doble rasero aplicado a Israel. A finales de 2024 se emitió en la BBC una sorprendente entrevista en la que un reportero preguntaba a Jonathan Conricus, antiguo portavoz de las FDI, por qué las FDI no advirtieron a los civiles de Gaza antes de una operación militar encubierta para rescatar a rehenes en el centro de Gaza. Conricus respondió con sinceridad: “Si hubiéramos avisado, ningún rehén habría sobrevivido”. Sin embargo, la pregunta del periodista sugiere una expectativa peligrosa y poco realista. ¿Por qué se espera que Israel avise con antelación cuando hacerlo pondría en peligro la vida de sus propios ciudadanos y soldados?

Esta pregunta pone de relieve el profundo doble rasero que a menudo se aplica a Israel, donde sus acciones se examinan de un modo que nunca se dirigiría a otras naciones. A ningún ejército del mundo se le plantearía una pregunta semejante, y sin embargo las acciones de Israel se someten siempre a un rasero diferente, más elevado.

Presión y responsabilidad: La manipulación de los medios de comunicación en la información sobre víctimas

Esta disparidad se hace aún más evidente cuando examinamos cómo los medios de comunicación manipulan la información sobre víctimas para fomentar este sesgo. Por ejemplo, cuando informan sobre víctimas, ¿por qué los medios de comunicación suelen destacar las muertes palestinas sin proporcionar el contexto esencial? Tras una operación israelí en Gaza, los titulares suelen ser: “100 palestinos muertos en una operación israelí, la mayoría mujeres y niños”, o “50” o “500”, siempre la cifra redonda que decidan utilizar ese día. En realidad, una regla general sería tomar esas cifras, dividirlas por 10 y suponer que el 50% son combatientes de Hamás.

Además, es obvio que Israel siempre tiene la culpa de estas muertes. Sin embargo, los medios de comunicación rara vez señalan que muchas de estas víctimas estaban directamente relacionadas con el uso de escudos humanos por parte de Hamás y con el hecho de que los militantes de Hamás no distinguen entre civiles y combatientes. Además, el “Ministerio de Sanidad” de Gaza, dirigido por Hamás, infla con frecuencia las cifras de víctimas, que los medios de comunicación y la ONU repiten como loros, una mala práctica demostrada una y otra vez. Las fuentes fiables son fundamentales.

Por parte palestina, los medios de comunicación no suelen responsabilizar a Hamás de las muertes de civiles causadas por sus acciones. Si Hamás se niega a liberar rehenes o utiliza a civiles como escudos, la responsabilidad se traslada convenientemente a Israel. A pesar de que Israel tiene derecho a defender a sus ciudadanos, soporta un escrutinio implacable, mientras que la crueldad de Hamás y su negativa a negociar se ignoran en gran medida.

Israel se enfrenta a una inmensa presión para que ponga fin al conflicto y reduzca las respuestas militares, pero nunca se presiona a Hamás para que libere a los rehenes o ponga fin a su violencia. La verdad es que la responsabilidad de estas víctimas recae exclusivamente en Hamás, que ha optado por utilizar escudos humanos y sigue rechazando las propuestas de paz y la liberación de rehenes.

La erosión de la objetividad, la neutralidad y la imparcialidad

Se supone que la integridad periodística se basa en la objetividad, pero hoy en día muchos medios de comunicación están más orientados por la ideología que por los hechos. El declive del periodismo objetivo ha conducido a una polarización cada vez mayor de los medios de comunicación, en los que incluso los más reputados pueden sacrificar la imparcialidad en aras de una narrativa específica, especialmente en conflictos complejos como el palestino-israelí.

Múltiples informes han acusado a la BBC de parcialidad en su cobertura del conflicto entre Israel y Hamás. Un estudio reciente dirigido por el abogado Trevor Asserson identificó 1.553 casos en los que la BBC supuestamente incumplió sus propias directrices editoriales, incluidas cuestiones de imparcialidad y precisión.

In September 2024, the Government Press Office revoked the GPO cards of Al Jazeera journalists in Israel for spreading false content that incites violence. (Credit: GPO)
En septiembre de 2024, la Oficina de Prensa del Gobierno revocó las tarjetas GPO de los periodistas de Al Jazeera en Israel por difundir contenidos falsos que incitan a la violencia. (Crédito: GPO)

Organizaciones como la ONU, que se supone actúan como observadores imparciales, a menudo toman partido en el conflicto palestino-israelí. Los medios de comunicación citan con frecuencia sus informes y declaraciones, que pueden tener un peso significativo en la formación de la percepción pública. Los organismos internacionales, como la ONU, contribuyen a veces a sesgar los relatos al no responsabilizar a todas las partes por igual, y sus informes son a menudo utilizados de forma selectiva o tergiversados por los medios de comunicación. Por ejemplo, la Corte Penal Internacional dictó una orden de detención contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por librar una guerra justa, pero ha ignorado la matanza de cientos de miles de civiles sirios a manos del régimen de Assad.

El papel de las redes sociales en la amplificación de los prejuicios

En la era digital, las redes sociales se han convertido en un poderoso amplificador de la parcialidad de los medios de comunicación, difundiendo a menudo desinformación, rumores y narrativas sesgadas mucho más rápidamente que los medios tradicionales. Estas plataformas contribuyen a la propagación del sentimiento antiisraelí al permitir que la desinformación florezca y gane terreno sin una comprobación adecuada de los hechos. La Generación Z, en particular, utiliza TikTok como su principal centro de información, lo que les conduce a un pozo negro de sentimientos antiisraelíes. Por otro lado, desde el 7 de octubre, las personas influyentes judías se han levantado para defender a Israel y presentar la perspectiva israelí. Esto es algo que queremos ver más.

Una llamada a la verdad

Como cristianos y defensores de la verdad, no podemos permitirnos permanecer en silencio en un momento tan crítico de la historia y ante semejante manipulación mediática. La implacable parcialidad de los medios de comunicación contra Israel distorsiona la verdad, perpetuando la injusticia y la desinformación que puede incitar, y ya lo ha hecho, a la violencia y la división. Es crucial que quienes apoyan a Israel hablen y aclaren las cosas cuando los medios de comunicación distorsionan los hechos.

En palabras del profeta Isaías: “Por amor a Sión no callaré, por amor a Jerusalén no permaneceré callado, hasta que su vindicación brille como el alba, su salvación como una antorcha encendida”. (Isaías 62:1, NVI) ¡Y será vindicada!

En este conflicto en curso, debemos mantenernos firmes en nuestro apoyo a Israel y resistir los intentos de los medios de comunicación de tergiversar la verdad. Israel tiene derecho a defenderse y debemos asegurarnos de que el mundo escuche la verdad, no la versión sesgada y manipulada que con demasiada frecuencia aparece en los titulares. Es hora de que el mundo vea a Israel no como el agresor, sino como el defensor de la justicia y el protector de la vida.

En última instancia, la verdadera historia de Israel está siendo escrita por Dios y moldeada por su verdad eterna, y ningún sesgo de los medios de comunicación podrá borrarla jamás.

Foto principal: El titular de “The Washington Post” es engañoso, ya que no menciona los 12 niños muertos en Israel, que justifican la respuesta israelí en Líbano. (Crédito: GPO)